sábado, 7 de julio de 2012

No doy el vuelto .......Hasta!


Cada vez que voy al supermercado al pasar por caja debo tomar una decisión que hasta hace poco estaba clara y no tenía ni una importancia más allá de decir que NO, sin remordimientos...

Por que pensaba:  "Es mi dinero", "El supermercado puede hacer donaciones sin la necesidad de que los clientes aportemos, suficiente nos roban con los precios exagerados" o "No pertenezco a la religión a la cual pertenece este hogar y no estoy de acuerdo que las Iglesias estén rodeadas de lujos y se mendigue unos cuantos pesos en la caja de supermercado"

Creo que unos 8 años dije NO al pasar por caja, aguantando las malas caras de las cajeras , incluso más de una oportunidad me tiraron la plata en el mesón y no me  entregaron mis monedas en la mano como respetuosamente debe ser o corresponde de un servicio publico, pero cada NO era justificado con una frase como las anteriormente señaladas.


Hasta....

Ya en segundo año de universidad (con 33 años), estudiando la carrera de Licenciatura en Enfermería, por programa debo hacer la práctica durante 2 semanas, en una de las instituciones a la cual  decía que NO al pasar por caja, para que haya más claridad  a quienes con frecuencia no entregaba mi vuelto es el Hogar De Cristo, fundado, creado e ideado por el  Padre Alberto Hurtado , perteneciente , obviamente, a la Iglesia Católica, religión a la cual no pertenezco, de hecho, soy Atea (por favor, que  NO se entienda como algo negativo) y por lo cual nunca entregué lo que sobraba de mi dinero.

Bueno, al entrar cada día a las 8:00 am, me daba cuenta , poco a poco de la realidad que ahí viven muchos adultos mayores, el lugar se separa en residencia y clínica (lugar donde están los adultos con alguna patología, la que no lo puede hacer independiente o autovalente), pero en residencia, a pesar de muchos ser independientes, son bebedores problemas, con todo lo que eso conlleva.
Día a día fui conociendo sus historias de vida, como llegaron a parar al hogar o como fueron "botados", abandonados por sus seres queridos, que aún recuerdan a pesar de la demencia senil que muchos padecen, como a pesar de que los recuerdos están siendo borrados, se asoman lágrimas en sus ojos al ver un rostros que quizás se le hace tiernamente familiar. 

A medida que las semanas pasaban me daba cuenta de que sin ese hogar y sin aquellas personas que ahí trabajan no tienen nada más, ahí se les entrega algo de dignidad, a pesar de las escasas posibilidades económicas que tiene el hogar, afortunadamente hay estudiantes en practica que más allá de evaluarlos físicamente, o en el caso de las estudiantes de enfermería "valorarlos", entregamos mucho con una sonrisa, ellos no piden nada más, noto que necesitan conversar, ser escuchados, ser mirados a los ojos, necesitan un toquecito en el hombro diciéndole aquí estoy!! o  cómo se siente hoy??

Más allá de el aseo general que debíamos hacer, entregue un poquito de mi a cada adulto mayor que tuve que atender y ellos me entregaron el doble, sobre todo, algo muy importante..... su confianza, su vida esas dos semanas, no confiaban en nadie más que en mi y todo se lo retribuí con una simple sonrisa y el corazón lleno de gozo.

Y ahora que responderás cuando vayas al supermercado???





Ania....